lunes, 22 de abril de 2013

"Sant Jordi"

Vamos a cambiar la temática, vamos a ser alegres!

Y fue entonces cuando la vio; ella era la chica más preciosa del mundo: su pelo color oro llegaba hasta su cintura de avispa, sus ojos color caramelo encandilaban a quien osara mirarla, las mejillas de tono rosa pálido eran más bonitas cuanto más sonreía ella y sus labios pintados daban ganas de morderlos con dulzura pues su tono melocotón parecía comestible. Su belleza le atrajo en seguida, y sin pensarlo, dejando su vergüenza y timidez a un lado, fue a saludarla.
-Hola- le contestó animada.
Su voz le encandiló, ella no podía ser una chica normal, ella era un ángel aterrizado en su camino para hacer que creyera en el amor.
-Lo siento, me tengo que ir. ¡Por cierto, soy Alice, encantada!- Dio media vuelta y se fue corriendo hacia sus amigos.
Había blasfemado. un ángel tendría que servirle y besarle los pies, ella era algo mucho mejor. Dulce, bonita y con un cuerpo de infarto.
Solo quedaba una semana para Sant Jordi así que se prometió a sí mismo enamorarla en una cuenta atrás donde cada día la conocería, dejaría conocerse y se convertiría en la princesa de su reino. No necesitaba mucho: paciencia, dulzura, amor y su autenticidad que le daba un atractivo diferente.
Eso se prometió a él mismo, pero no hizo nada de lo que pensó. No le compró un peluche, no le mandó una carta hablando del amor, nunca le habló más de un hola o adiós... algo realista, cosas que las personas se prometen y que nunca hacen. Simplemente llegó el día y lo único que pudo hacer él fue comprar una rosa, y pensar toda una mañana que decirle hasta que llegó el momento. Por la tarde, cogió a Alice y sin dejarla preguntar ni comentar nada, él empezó a hablar:
-No me conoces, ni te conozco, solo sé que lo poco que conozco de ti roza a la perfección física, tu dulzura supera el sabor de cualquier caramelo y tu sonrisa revive a la flor más marchita. Incluso tu nombre,  Alice, tiene una sonoridad dulce y bonita en perfecto acorde con tu apariencia. No te pido un amor espontaneo ni una relación reciente, solo te pido que me permitas conocerte y, con el tiempo, demostrarte que eres la chica más bonita y más perfecta de mi mundo. - dijo él entregándole la rosa y dando media vuelta.
-Espera... ¿como te llamas?- preguntó Alice ruborizada
-David- respondió con el corazón a mil pulsaciones por minuto.
-David...yo no prometo nada, no sé si llegaré a sentir por ti lo que tu siente por mi, pero yo deseo conocerte, deseo ser tu amiga, y deseo corresponderte algún día porque llevo buscando a mi príncipe azul, a alguien como tú, desde hace tiempo.
Los días, semanas y meses fueron pasando. Ellos se hicieron amigos y se conocieron con el tiempo.Y aunque la historia pueda parecer bonita, aunque todo el mundo piense que tendrá un final feliz... Nadie lo sabe, simplemente ellos fueron felices, celebraron el día de Sant Jordi juntos cada año y pasó el tiempo.

¿Quién dice que solo se es feliz con amor?


1 comentario: